Los Piscis tienen poco que ofrecer en el mundo material. O no con toda la fuerza que podrían hacerlo. Siempre ponen por delante de la productividad aspectos como las emociones y las influencias cósmicas. Si sienten que el mundo no es propicio, que se les da toda la energía positiva que necesitan, pueden renunciar a levantarse de la cama.
Piscis es un signo que antepone el corazón a los afanes del mundo, y por ello no suele fijarse en un signo tan productivo y emprendedor como Aries.
Cuando un Piscis conoce a un Aries las cosas no van bien desde un principio. Ambos hablan un lenguaje diferente. Piscis el del aliento y de la poesía, el de los sueños y los símbolos. Aries en cambie prefiere una honestidad y una claridad que no pocas veces dejan desarmado al pez.
Hay mucho que Piscis podría aprende de Aries, pero el carnero no va a tomarse el trabajo de enseñarlo a un tipo de persona que no sabrá apreciar esos consejos sobre la productividad y la responsabilidad.
Piscis tampoco apuesta mucho por esta relación, pues Aries le parece frío y desalmado, dispuesto a lo que sea con tal de ganar a la competencia. Muy lejos de la filosofía del vive y deja vivir de Piscis.
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